La belleza es ,por su esencia, trascendente. [...] O sea que no es abarcable únicamente del lado de acá. Es, por así decir, un reflejo luminoso que proviene de otros universos y que ilumina el nuestro transformando el sentido de todas las cosas. La esencia de la belleza es lo misterioso y lo maravilloso. Las banalidades de este mundo se convierten, a su luz, en revelaciones de otra realidad de la que todos venimos y a la que retornaremos, y que todos añoramos a lo largo de nuestra vida aunque hayamos olvidado. (1)
IMÁGENES
(1)(2) Cementerio de Igualada. 1994. Enric Miralles + Carme Pinós.
NOTAS
(1) << Sobre el eterno infantil>>, en Michael Ende, Carpeta de apuntes, Madrid, Alfaguara, 1994, pág. 256, trad. de Carmen Gauger.
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