No se trata de un proyecto nítido y revelador. Es mierda.
La idea de un proyecto desarrollado hasta sus últimas consecuencias se pospone para que el juicio de valores sea más racional y sosegado. Mierda.
Todo precisa de tiempo, incluso el tiempo. Mierda.
Tiempo para poder alcanzar realidades empapeladas, espontáneas o no, que den visibilidad a un contenido teórico. Mierda. Tiempo que acune ensoñaciones que conducen a una narración cotidiana; a un hilo de historias que mecen las vibraciones de un nuevo ser acartonado que precisa de los más tiernos cuidados para madurar y ver la luz; son dibujos con esperanza. Mierda.
Las primeras veladuras de una pintura inacabada. Mierda.
Un proceso de búsqueda de oportunidades; un bosquejo; un boceto colmado de imágenes que vislumbran el comienzo de un fin. No es mierda.
